Como sabréis, el fin de semana pasado se celebró la gala de los Premios Goya. Muchos de vosotros os estaréis preguntado: ¿y qué tendrán en común unos premios de cine con el mundo del grabado?
Goya, del grabado al cine
Pues bien, en primer lugar, porque Goya es una de las grandes figuras del grabado. Su innovación técnica, estilística y temática, le convirtieron en el primer pintor contemporáneo y llegó a dominar todas las técnicas de grabado de su época: el aguafuerte, el aguatinta o la punta seca. Sin embargo, no parece que fueran estos motivos que llevaran a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España a escoger la cabeza de Goya como galardón, sino el hecho de que éste contara con un nombre de dos sílabas, respondiendo así al intento de imitar otros grandes premios del cine internacionales como los Oscar (EEUU) o los César (Francia). El nombre del grabador (entre otras facetas artísticas) fue propuesto en la Asamblea, quedando finalmente designado por el director artístico Ramiro Gómez al recordar que goya “había tenido un concepto pictórico cercano al cine y que varias de sus obras más representativas tenían casi un tratamiento secuencial”. Así pues, desde el 17 de marzo de 1987, la cabeza de Goya ocupa un rincón en las estanterías de los mejores artistas cinematográficos según la Academia del Cine.
“DECORADO”, nuestro galardonado favorito
Qué sorpresa fue la nuestra al descubrir el galardonado al Mejor Corto de Animación, una perversa fábula surrealista sobre el sentido de la existencia, y en la que confluyen referencias artísticas tan dispares como El show de Truman, el cómic underground, El séptimo sello o los grabados de Goya; tal y como lo describe uno de los personajes: “El mundo es un decorado maravilloso, pero tiene un reparto deplorable”. Un proyecto dirigido por Alberto Vázquez que, sin duda, no deja a nadie indiferente, ya sea por su temática o como por su técnica.
La información del siguiente fragmento ha sido extraído de la entrevista a Alberto Vázquez, por 3D Wire
Durante cuatro meses, Alberto fue trabajando en solitario en la preproducción del cortometraje. “El cómic no tenía este aspecto visual de grabado del siglo XIX que tiene ahora”, nos sigue explicando, “pero me gustaba mucho la posibilidad de mezclar personajes de estética underground con fondos llenos de tramas e inspirados en los grabados clásicos de autores del siglo XIX como Gustave Doré. Este contraste tan intenso entre las figuras y el fondo, me servía para reforzar uno de los temas centrales de la historia, la del mundo como decorado, además de que visualmente quedaba muy bien.” […]
Fragmento del cómic "Decorado" de Alberto Vázquez
Little Red Riding Hood, por Gustave Dore
“Antes de llegar a la animación, yo me había dedicado a la ilustración para prensa y al cómic,” nos continúa contando Alberto, “un campo con unas posibilidades narrativas que me gustan mucho, ya que te permite elaborar un universo personal con muy pocos medios. Mis principales referencias proceden del cómic underground, que es lo con lo que aprendí a dibujar, así como de la narrativa de autores como Jim Woodring o del noruego Jason”, autor del cómic Un paso en falso, publicado por Astiberri en España. Otras referencias que manejó para el cortometraje fueron la de ilustradores como Roland Topor, conocido por su labor como director de arte del film El planeta salvaje, y Saul Steinberg, otro autor interesado “sobre todo en los conceptos e ideas.”
Roland topor 1975 postcard
Como fabricantes de tórculos, nos gusta ver de qué manera las técnicas antiguas como el grabado continúan haciéndose un hueco en la mente de grandes artistas desde Goya a Picasso, pasando por Andy Warhol o Tàpies y llegando a la actualidad con otros grandes como Alberto Vázquez o Tomás Hijo (poseedor de una de nuestras máquinas) que, combinándolo con técnicas actuales, hacen del grabado una forma distinta de ver la vida a través de la magia con la que dotan a sus personajes y mundos fantásticos. Desde aquí les hacemos este pequeño homenaje.
Un saludo,
Tórculos Ribes